Andrés Felipe Uribe
15 de enero / 12 de febrero de 2015






–Todas estas ideas hablan de lo mismo, podrían no estar diciendo nada en absoluto o podrían hacer parte de un tratado sobre la contemporaneidad, fragmentado.
–No decir nada está muy bien. ¿Cuál es la necesidad de abarcarlo todo? Hay que hacer una exposición. Hay que llenar el tiempo y el espacio.
–Las nada están muy llenas. No vamos a vender nada, mejor no hagamos nada, da lo mismo. Es importante que las acciones (las ideas) puedan reaccionar ante cualquier cambio.
–Este arte ya no tiene que ver con el arte, empieza con el metal, y termina con la buena educación. La buena educación es aburrida, el metal es aburrido, el arte aburre. Mi hermano era metalero, ahora le gusta el tropipop. Esta exposición me divierte, no parece una exposición de arte. Nos hizo falta el porno, la cerdita chupaculos es lo más.
–Los papelitos performeros no me terminan de convencer. Odio profundamente el performance, es muy romántico y los artistas suelen usar truzas blancas. El performance solo me gusta cuando está escrito.
–Hacer arte no obliga necesariamente algún tipo de virtuosismo técnico. Hacer arte siempre ha sido un problema. Su solución no solamente sucede a través de la virtud, en tanto que hacer arte también puede considerarse y/o llegar a ser un vicio.
–La repetición, por otro lado, puede ser igualmente una manifestación de comportamiento auto-destructivo, como también un método de aprendizaje, o bien de producción respaldado por una compulsión obsesiva.
–Los objetos de repetición verdadera y obsesiva no forman parte de ninguna elección consciente. Suceden a pesar de toda voluntad.
–La repetición esencialmente sería una acción sin final, y aun así podríamos oponerla a un caso extremo: algún punto terminal ineludible, que sería lógicamente, la extinción de la vida del sujeto que repite; quien por más que lo desee y que lo intente, no puede repetirse a sí mismo.
–Estamos encerrados dentro del lenguaje. Aprender una palabra es empujar los barrotes de una prisión cementada con letras.
–Las secuencias son una excusa para suscribirse a un orden estable que funcione como guía en medio del tiempo de su elaboración. En vista de la constante emboscada de la originalidad, la estrategia es casi siempre decir casi lo mismo.
–Las Bellas Artes y las Fine Arts se volvieron Plásticas y Visuales para evitar las discusiones sobre estética. Ahora no se pretende hacer algo bello. Se intenta hacer algo. La belleza es un accidente, un encuentro inesperado. Un pensamiento.
–¿Cómo elaborar una tabla combinatoria de múltiples ejes? ¿Se pueden elaborar rizomas conceptuales mediante un programa de hojas de cálculo? ¿Podríamos exiliarnos del plano cartesiano?
María Paola Sánchez
Andrés Felipe Uribe