Rana por unos días
JOSÉ SANÍN CANNEY
12 de diciembre - 13 de enero


Este año hemos comparado el espacio de la cabeza con el espacio de un pantano y en las charlas recordamos a Sebastián, que dice que las flores más lindas crecen en los pantanos más feos, siendo él la flor y el pantano Bogotá que, a veces, se presenta superficialmente hedionda. Pero los pantanos se revelan como lugares de extensa biodiversidad y relacionamientos, fundamentales para la existencia de todo tipo de brotes de vida. En los pantanos, las ranas pasan largas horas posadas en una piedra, una hoja, la tierra o una rama. Y quién sabe qué pensarán las ranas pero estaría bien estar un tiempo como ellas, reposadas ante el pantano.

Cada una las piezas tiene una forma particular y constituye un espacio para estar, para sentarse y ver libros, escuchar sonidos, conversar con otros, reposar, pensar, apoyarse o hacer lo que se quiera. Son bancas y bancos pero también podrían ser islas, piedras, ramas o nenúfares en el pantano. En su conjunto forman también un espacio, como un estanque donde hay muchas cosas e interacciones y cuya forma se configura de acuerdo a la disposición de sus elementos. La exposición es una muestra de posibilidades formales y materiales a través del ensamble de palos, ramas, tablas, metales y otros materiales, es también un espacio para estar y para que sucedan cosas.



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